GORDON, NOAH: El último judío. Editorial Rocabolsillo,
1999.
Resumen
El hecho de perder a su familia obliga a Yonah Toledano a
madurar antes de tiempo para sobrevivir en un reino en el que los judíos han
recibido la orden de abandonar Castilla y Aragón.
En estas circunstancias, los
judíos deben optar o bien por convertirse al cristianismo si desean permanecer
en la Península Ibérica ,
o bien exiliarse y buscar refugio en el extranjero.
Pese al peligro que supone seguir
viviendo en la Península
sin convertirse al cristianismo, Yonah nunca olvidará sus orígenes y no
renunciará a su religión.
Yonah deberá escapar del poderoso
brazo de la Inquisición
que persigue a todo aquel sospechoso de ser un falso converso.
Por ello Yonah deberá adoptar una
nueva identidad y mantenerse lejos de cualquier persona susceptible de
denunciarlo y no podrá estar durante mucho tiempo en un sitio concreto al
correr el riesgo de ser atrapado y condenado a la hoguera.
Comentario
La novela pretende recrear la
sociedad de la España
de finales del siglo XV, la cual se ve forzosamente transformada a partir del
Edicto de Granada de 1492, decisión que toman los Reyes Católicos, influidos
por la Iglesia ,
para expulsar a los judíos de España.
Esta polémica decisión creará un
clima hostil y de miedo en la
Península , debido a que cualquier ciudadano puede ser llevado
ante la Inquisición ,
encargada de perseguir a cualquier falso converso, por indicios de no ser un
cristiano devoto.
De esta forma la mayor parte de
los cristianos viejos se mostrarán hostiles e implacables con cualquier muestra
de influencia judía y se creará una atmósfera antisemita.
La narración de este hecho en la
novela recuerda la situación de la
Alemania nazi.
En ambos contextos la opinión
general se muestra a favor de castigar a los judíos, a los cuales se culpa de
estar detrás de los males: epidemias, crisis económica, hambrunas…
Noah Gordon, el autor del libro,
describe a la España
de finales de la Edad Media
como un país muy semejante al actual: multicultural y plurilingüe, en el que
coexisten pacíficamente, hasta la llegada de la Inquisición , tres
religiones: cristiana, musulmana y judía.
La novela muestra la repercusión
que tuvo la expulsión de los judíos por la pérdida de médicos, plateros,
comerciantes o artesanos y sus conocimientos recogidos en libros, los cuales
serán quemados.
Por otra parte Noah Gordon
utiliza unos recursos narrativos poco frecuentes en el comienzo de la obra:
mezclar los relatos de varios supuestos protagonistas: un médico, un platero y
un fraile, los cuales se verán involucrados en la investigación del asesinato de
Meir y la desaparición del relicario de Santa Ana. Esta primera parte recuerda mucho
a una novela policiaca como El nombre de
la rosa, ya que parece abordar las intrigas en un monasterio y transmite al
lector la sensación de estar buscando un culpable.
Sin embargo, en un momento de la
novela, estos tres protagonistas y el tema sobre el que circula la obra parecen
desaparecer por arte de magia, y ahora el protagonista de la novela pasa a ser
el hermano del asesinado, Yonah Toledano, el cual antes no parecía merecer
nuestra atención pues no estaba involucrado en la trama.
Este cambio drástico de situación
descoloca al lector, ya que las vidas de los tres anteriores protagonistas
quedarán en el aire hasta que Yonah
Toledano se reencuentre con ellos después de pasar muchos años vagando por la Península Ibérica
sin un rumbo claro, lo que provoca al lector una sensación de no saber a dónde
va a ir a parar la novela. Estos cambios continuos que se deben a la
persecución que sufre Yonah Toledano por parte de la Inquisición sólo se
verán frenados cuando este adquiera un considerable estatus social y pueda
establecerse en un lugar concreto, formando un hogar y ejerciendo una
profesión, la de médico, hasta el resto de su vida.
Otro aspecto del libro que me ha
sorprendido es la relación de Yonah con el asesinato de Meir, cómo durante
algunos pasajes Yonah parece querer seguir investigando las causas y los
culpables del asesinato y arriesgarse a ser descubierto por la Inquisición , y cómo,
en otros, se convierte en una persona
muy cauta y no parece querer vengarse de
los culpables de la destrucción de su familia, llegando a tenerlos como
conocidos para estudiar su mente de cerca, pero nunca acusándoles de los
hechos.
Yonah acabará matando como lo
hace la Inquisición ,
hecho que trastornará la mente de este ya que se siente tan merecedor de ir al
Infierno como los perseguidores de judíos.
Finalmente Yonah recapacita y se
da cuenta de que, mientras los inquisidores llevan a cabo la muerte de los
supuestos falsos conversos por unos dogmas radicales de la religión, él lo hace
únicamente en defensa de su vida y de sus creencias.
Estas creencias serán defendidas
por Yonah, quien, en vez de seguir los consejos de los cristianos nuevos que le
instan a convertirse al cristianismo para poder llevar una vida tranquila, no
dejará de practicar el judaísmo en la clandestinidad como sentimiento personal
que le une a su familia fallecida y a
sus tíos y su hermano Eleazar, cuyo paradero desconoce.
La obra finalmente termina con un
desenlace predecible, como cualquier cuento infantil. Yonah, su esposa y sus
hijos fueron felices y comieron perdices hasta el último día.
Por último el autor crea
ficticiamente una conexión de Yonah Toledano con una supuesta descendiente de
este, Yonalyn Toledano, una abogada estadounidense que se va de viaje con una
amiga a España, donde estará cerca de reencontrarse por pura casualidad con una
de las pertenencias de su antepasado Yonah, una vajilla de copas de plata, las
cuales rechazará comprar en una tienda de antigüedades por no ser un regalo
adecuado para su abuela.
Este episodio pretenderá dar
credibilidad a la historia de Yonah y que el lector vea cómo los
acontecimientos están interrelacionados.
Como valoración final hay que
decir que el libro no está destinado a un público infantil debido a pasajes con
gran violencia que pueden herir la sensibilidad y el odio que emanan ciertos
personajes contra sectores de la población, como judíos o musulmanes.
Por ello el lector debe tener la
madurez necesaria para no identificarse con ningún personaje y leerlo
objetivamente. Yo diría que a partir de los catorce años es una edad en la que
uno ya puede valorar las ideas y no dejarse influenciar.
La lectura se hace muy amena, el
lector puede empatizar con los sufrimientos y el dolor del protagonista cuando pierde a su familia o
la valentía de este para sobreponerse a situaciones difíciles, en la que uno
debe luchar solo.
Por otra parte hay que decir que
el libro, aparte de querer hacer que el lector use su imaginación para recrear
los escenarios donde se desarrolla la acción y transmitir emociones, también pretende
que el lector descubra cómo era la cultura, la sociedad y los conocimientos en
medicina (Avicena, Galeno) o el trabajo en una armería, que encajan bien con el
contexto de la trama pues son los conocimientos que los maestros pretenden
transmitir a Yonah en el aprendizaje de su oficio.
Como aspecto negativo hay que
señalar que el final feliz era demasiado previsible y hubiera sido preferible
un final sorprendente e inusual.
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